lunes, 27 de septiembre de 2010

Sus ojos cerrados para siempre,
y toda su alma descansando.
Paz en su rostro,
desesperación en el mío.


Flores de la familia,
trataban de decorar la tragedia.
La habitación era siniestra,
todas las esperanzas estaban muertas.


Los recuerdos me acompañan,
cuando menos los necesito.
La muerte es injusticia,
no hay nada que pueda salvarte.


tranquilidad y angustia se superponen,
y su antigua sonrisa me invade por completo.
Y en la oscuridad trato de no recordarte,
pierdo en el intento y vuelvo a nombrarte.


Rutina sin tiempo ni espacio,
es lo que queda de mí.
Llantos para mañana,
es lo que queda de mí.
Mi corazón un cadáver,
es lo que queda de mí.


Los recuerdos me acompañan,
cuando menos los necesito.
La muerte es injusticia,
no hay nada que pueda salvarte.

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